- Iniciativa entregó atención dental integral a mujeres privadas de libertad, generando un impacto favorable en su autoestima y dando un importante paso en su proceso de reinserción social
Con el fin de dar cierre al programa “Volviendo a Sonreír”, la directora regional de Prodemu, Alicia Quispe, se reunió con el seremi de Justicia y Derechos Humanos, Raúl Gil González, y el director regional de Gendarmería, coronel Fernando Olivares Osorio, en un encuentro que permitió realizar un balance de la iniciativa que benefició a 26 mujeres privadas de libertad del Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Arica.
El programa surge de la alianza entre Fundación Prodemu, el Ministerio de Salud y Gendarmería de Chile, para entregar atención dental y prótesis a mujeres privadas de libertad, convenio que, además, se replicó en otros siete recintos penales del país durante el 2021.
El director regional de Gendarmería de Chile, coronel Fernando Olivares Osorio, manifestó que “este programa fue muy importante porque no solamente permitió hacer intervenciones dentales sino que además mejoró la autoestima de las mujeres privadas de libertad, su autoconfianza, dignidad, ego, orgullo y con ello, por supuesto su calidad de vida”.
Por su parte, el seremi de Justicia y Derechos Humanos, Raúl Gil González afirmó que “Hoy, en el Centro Penitenciario Femenino, estamos resaltando las alianzas que se realizan entre las distintas instituciones que colaboran con Gendarmería, como lo es PRODEMU y su programa Volviendo a Sonreír, que beneficia a lo largo de todo Chile a usuarias de unidades penales para que puedan tener acceso a la salud dental y que como ministerio, estamos dando cumplimiento. Por lo anterior, agradecemos las gestiones y coordinaciones que pretenden respetar los derechos humanos de todas las personas”.
En tanto, la directora regional de Prodemu, Alicia Quispe expresó que “Mediante entrevistas sobre autopercepción, hemos comprobado que la ausencia de dientes genera un impacto que se manifiesta tanto a nivel laboral como en sus relaciones interpersonales, con sus familias y amigos. Al devolverle la sonrisa a una mujer la estamos empoderando, le estamos dando una oportunidad. Por ello es trascendental incluir la perspectiva de género en la política penitenciaria”, señaló Alicia Quispe.
La primera etapa de “Volviendo a Sonreír” consistió en la selección de las participantes, quienes debían cumplir con una serie de requisitos, entre otros, permanecer en el recinto penitenciario al menos hasta fines del presente año, de manera de asegurar el término del tratamiento odontológico. En una siguiente fase, las seleccionadas debieron asistir a entrevistas psicológicas y clases de salud dental.
Alicia Quispe agregó que el programa “no sólo tiene impacto sobre la autoestima y el bienestar físico de las mujeres. Existen antecedentes que relacionan los problemas dentales con la falta de acceso a oportunidades de trabajo. Para el caso de las mujeres privadas de libertad, esta realidad es aún más crítica ya que muchas de ellas son jefas de hogar y, por tanto, la falta de acceso al mercado laboral tiene un importante efecto sobre su calidad de vida”.
El programa se realizó mediante la coordinación de la Alcaide del Centro Penitenciario Femenino, teniente coronel Carla Molina Esquivel y del personal del recinto penal, que permitió un desarrollo exitoso de la iniciativa.
Sin dudas, que en el tratamiento realizado fue fundamental la atención desarrollada por la odontóloga del Centro Penitenciario Femenino de Arica, Sonia Huerta Deformes, quien expresó que esta iniciativa estuvo apuntada a la rehabilitación oral, porque Gendarmería da salud bucal, es decir tiene un dentista contratado permanentemente que se encarga de solucionar los problemas médicos de las pacientes y en este caso, Prodemu, aportó para desarrollar la parte protésica y rehabilitadora.
“Es una buena iniciativa, porque en el caso de las mujeres sirve mucho, ya que es un elemento más cuando salen a una vida más o menos normal. Uno se da cuenta que es un tema para ellas, el poder buscar trabajo, su presentación personal y les cambia mucho la vida. Uno se da cuenta porque se comienzan a maquillar y se visten de otra manera, por el solo hecho de tener sus dientes. Esto ayuda a la rehabilitación de las personas y cuando alguien hace algo por ellas, hay muchas que son realmente agradecidas de que alguien en algún momento vea un poquito más allá y que se cumpla con ellas. Aquí hay un trabajo, donde yo lo realizo con el mismo laboratorio y con los mismos pasos. Esto cambia la autoestima, aporta al tema psicológico y emocional que es muy importante. El solo hecho de verse de cierta manera y sentir que hay alguien que se preocupa de ella, un poco más allá de lo justo y necesario, cuando me colocan bonita, esa sensación de valoración, obviamente la parte emocional es muy importante”, afirmó la odontóloga Sonia Huerta Deformes.
Testimonio de mujer privada de libertad
Sobre la participación en este programa, una de las mujeres privadas de libertad de iniciales N.A.A. dijo que “me pareció algo realmente maravilloso, porque tanto para mí como para las demás compañeras que también participaron en el programa de Prodemu, hablando por mi parte, me cambió la vida totalmente, porque es diferente sonreír tapándote la boca y sonreír a tus anchas. Es algo muy distinto. Yo no tengo problema de autoestima, pero si se elevó mucho más, al tener completamente una sonrisa linda, hablar sin problemas, que mi cara volviera a ser la que era antes. Me siento beneficiada y orgullosa porque también estoy clara que un tratamiento como este en la calle, es mucha plata y acá es totalmente gratuito y eso se agradece bastante”.
La interna agregó que su esposo, hijo, y mamá se sienten contentos y felices “porque ellos me aman y obviamente me quieren ver más feliz y mi felicidad cambio conmigo misma, porque cuando uno está bien uno refleja eso y por lo menos las personas que a uno la aman, también se dan cuenta y son feliz con uno”, acotó la mujer privada de libertad.
Asimismo, la interna recomendó este programa “porque es algo totalmente beneficioso y aunque es un proceso super largo, que de repente uno como ansiosa que uno es, quiere que todo suceda ahora ya, y las cosas no son así, yo me demoré casi un año, fue un tratamiento que fueron conmigo haciéndolo poco a poco y recomiendo a las demás chiquillas que también están detenidas, que si pueden optar al beneficio, que lo hagan, no lo piensen, que no tengan vergüenza, no tengan miedo porque ni siquiera hay dolor y que si hay una pequeña molestia vale la pena, porque el resultado es maravilloso”.